Dentro de la Psicología orientada a la empresa es preciso centrarse en los Recursos Humanos como principal ámbito de actuación, puesto que las organizaciones son cada vez más conscientes de que sin las personas no hay resultados.
Todas las empresas andaluzas se mueven en un entorno dinámico, en el que reina la incertidumbre, y donde para adaptarse a este nuevo escenario han tenido que hacer esfuerzos para adecuar su política en la dirección de personas y equipos. Estamos asistiendo como protagonistas a la implantación nuevos sistemas, caracterizados por estructuras más planas y ágiles, y en los que la confianza entre empresa y trabajadores es el elemento clave.
Crear equipos, formar líderes o generar climas adecuados de trabajo, requiere la comprensión y actuación desde un conocimiento aplicado de la ciencia del Comportamiento. Es una tarea que exige, por un lado, conocer bien el negocio y, por otro, a las personas que integran las empresas recurriendo a la Psicología para lograr la comprensión y saber manejar las herramientas que permiten transformar los deseos en objetivos que se pueden hacer realidad. Y en esto, son muchas las personas de nuestras empresas, tanto directivos como colaboradores, en lo que se están afanando. Basta asistir a cualquiera de las Universidades o Escuelas de Negocios de nuestras ocho provincias un fin de semana para ver como en sus aulas esto hoy se hace realidad.

Cualquier empresa, por grande o pequeña que sea, realiza una gestión de las personas y equipos que la integran, lo pretenda o no. Todas nuestras empresas tienen una clave: trabajar para sobresalir. Esta es, explorar las oportunidades y los talentos que permanecen ocultos en las personas. Hoy términos como coaching, flexibilidad o alto rendimiento han entrado a formar parte del vocabulario de nuestros equipos, y la conciencia de la necesidad de contar con personas capaces, con competencias actualizadas y dispuestos a la acción como elemento relevante para el rendimiento en las empresas, se ha admitido plenamente. Son ya muchos los estudios que ponen de manifiesto la relación positiva que existe entre la realización de actuaciones de capacitación y desarrollo (formación, mentoring, coaching…) y la mejora del rendimiento objetivo.
Ya se vienen desarrollando políticas de Recursos Humanos que facilitan personas flexibles, capaces de realizar sus tareas bajo requerimientos bien distintos. Pero optimizar su talento requiere además de la consideración de sus preferencias y de la identificación de sus potencialidades. Es aquí donde las aportaciones de la Psicología posibilitan realizar un mejor ajuste persona-puesto, paso imprescindible para contar con equipos de trabajo efectivos, centrados en un objetivo común, con miembros interdependientes y con alta tolerancia ante la incertidumbre.
Con la crisis a menudo los valores quedan aparcados. Un mal contexto económico, un entorno hostil, no debe frenarnos, sino hacernos luchar con más ganas si cabe hacia nuestro objetivo. La Excelencia Profesional es el camino hacia el éxito, un camino en el que tiene mucho que decir la Psicología. Los resultados son palpables.
Las nuevas exigencias del mercado plantean un escenario empresarial donde el individuo sea y se sienta el protagonista, conseguirlo es la clave para que pueda aprovechar al máximo el talento disponible y el talento por desarrollar. Ese es el reto del que participa la Psicología de los Recursos Humanos.